Se trataba de un sintecho al que le informaron que allí había unas duchas sociales (al parecer ya había accedido en otras ocasiones) y en esta ocasión no llegó a ducharse pero se apropió de unas bambas porque necesitaba calzado. Que suceda esto en una comisaría es muy grave e inadmisible, teniendo en cuenta que estamos en un nivel de alerta terrorista cuatro sobre cinco, (por suerte para los aproximadamente 300 agentes que prestan servicio allí, en la mochila con la que se paseó por las instalaciones, llevaba enseres personales y no un artefacto explosivo). Si en lugar de un pobre sintecho hubiese sido un terrorista estaríamos lamentando una catástrofe.

Nuestra organización sindical lleva mucho tiempo reclamando nuevas comisarías con un modelo policial como lo tienen definido los Mossos d’Esquadra, adecuadas a la función policial, en lugar de aprovechar edificios con estructuras y diseños dedicados a otros fines, que están obsoletos y que no cumplen con las necesidades policiales de los tiempos actuales. Se dilapidan miles y miles de euros en reformar y parchear edificios, que en el caso de la comisaría de la Zona franca y Eixample por el volumen invertido se podrían haber hecho comisarías nuevas. Debido a que el edificio está catalogado de interés y protegido no se puede tocar la estructura ni colocar elementos por eso las cámaras existentes son insuficientes, las existentes están desfasadas y cubren muy poco espacio visual; actualmente hay programas informáticos preparados para estas cámaras que difuminan las caras de las personas protegiendo su intimidad, por lo que los compañeros que han sufrido pinchazos y desperfectos en sus vehículos particulares, estacionados en la zona por carecer de vigilancia, no pueden identificar a los causantes para interponer las denuncias correspondientes.

También pueden acceder a la comisaría saltando desde el parque de la Estación del Norte situado en uno de los laterales de la comisaría, donde no existe ninguna cámara de vigilancia y las puertas de acceso a la comisaría por esa zona no tienen ningún tipo de seguridad ni regulación. El intruso fue identificado, no siendo denunciado inicialmente hasta que posteriormente se detectó la falta de las bambas, siendo requerido para que las devolviera al día siguiente, cosa que hizo, siendo denunciado en ese momento.

Esto es el resultado de las políticas y la mala gestión en las inversiones en seguridad de nuestras comisarías por parte del gobierno actual y de los anteriores. Si bien en la ceremonia de celebración del día de la Guardia Urbana tanto la alcaldesa y representantes del gobierno municipal como nuestra jefatura mencionaron las necesidades o carencias en infraestructuras que arrastra la Guardia Urbana, ya va siendo hora de que nuestros políticos nos respeten y nos den el trato que como policías nos merecemos y asuman la inversión en dotación de medios que precisamos para desarrollar un servicio de calidad a la ciudad de Barcelona.

Dirección de la Sección Sindical de la Guardia Urbana BCN del SIP